sábado, 17 de abril de 2010

17 de Abril del 2010

Rurgrak pasó toda la tarde observando los movimientos en el almacén derruido. Los hombres de la familia Varitas seguían recogiendo los escombros, y construyendo apresuradamente un muro alrededor de la gárgola. Estaba claro que no querían dar a conocer el pasadizo que se abría con ella. El muro parecía bastante inestable, y tan siquiera se habían preocupado por ponerle un techo. Así que Rurgrak se dio cuenta. Desde el tejado, vio como la trampilla se abrió y de ella salió un hombre encapuchado, se acercó a uno de los comandantes, le gritó, y volvió por ella. El sol seguía bajando en Aguas Profundas, y el sueño se iba apoderando de la mente de joven gnomo. Antes de quedarse dormido, unos sonidos despertaron su curiosidad. Se acercó al alfeizar del terrado y vio un carruaje parecido al de la noche anterior. En esta ocasión no hubo emboscada alguna; de él bajaron varios hombres encapuchados, aquejados y maltratados por los guardias cercanos, hecho que parecía indicar que aquellos, desgraciadamente, si que eran los esclavos con los que iban a hacer el intercambio. Todos ellos entraron por la gruta subterránea que escondía la gárgola y desaparecieron de la faz de la tierra. El carruaje se marchó, y mientras pasaba por debajo suyo, intentó hacer puntería con una piedra alterada con magia, que le indicara el paradero de ese vehículo en todo momento. Por desgracia erró el tiro y esta se perdió bajo las sombras de Aguas Profundas.
Rurgrak, muy preocupado por lo visto, no tuvo tiempo para mas. Sus ojos se rindieron ante la batalla, y cedieron a una noche tranquila en Aguas Profundas, durmiendo a la luz de la luna.

Mientras tanto, en la prisión, Asher, el gigantón Stylgar y reaven, el extraño elfo alado, eran conducidos a dormir el primero de los 5 días que pasarían en las mazmorras, esperando el día del juicio.
Las celdas no estaban cuidadas, parecía que un leve forcejeo las pudiera tirar por los aires. No obstante, los tres se comportaron, y pese a goteras y humedades, decidieron restar la noche sin alterar las cosas mas de lo que lo habían hecho. Sólo un loco de ¿? predicando a Perdición interrumpía el goteo del agua.
La mañana siguiente recibieron los tres la visita del Lord Castellano. El apoderado de la Prisión donde se encontraban. Accedió a la celda de Stylgar, el cual había tenido ciertos problemas para descansar dadas sus medidas y, sin mirarle a los ojos, le hizo sabedor de los derechos de que dispondría durante su reclusión. Visitas para el culto, acceso diario al patio, el comedor.. Stylgar intentó demostrar su inocencia, pero rápidamente, el Lord se lo quitó de encima, haciéndole entender, o no, que no estaba en su poder responder a ese tipo de preguntas. Posteriormente se dirigió a la celda de Reaven, curioso por ver a ese misterioso elfo alado del que toda la ciudad se hacía eco. Asombrado tras verlo, y con algunos nervios ante su presencia, le indicó de nuevo los derechos. Reaven se limitó a escuchar y, tras el monólogo, le pidió que quitaran la molesta gotera que hasta llegaba a interrumpir su meditación. El alcaide, un poco intimidado, le indicó que intentarían arreglarlo, y se fue. Cuando se acercó a la puerta de Asher, viendo que este estaba aún dormido, no accedió a su celda, en parte temeroso por las historias que envolvían aquel guerrero, pero avisó al celador que en cuanto se despertara lo pusiera al corriente.
Quedaba bien poco para que los tres se dirigieran al comedor por primera vez, y Stylgar, no sin apetito, decidió que era el momento adecuado para sus plegarias, así que, guiado por el celador y dos guardias, cruzaron los pasadizos de la prisión y se dirigieron hacia una capilla.
La capilla se encontraba en un estado lamentable. No se habían preocupado por cuidarla, y ello se observaba en la Estatua del Dios de la Justicia, de un bronce desgastado por el paso del tiempo, así como en los bancos de plegarias, que si se mantenían era porque nadie había osado sentarse en ellos.

Una vez vista la penosa capilla e intentado hablar cordialmente con el adormilado y viejo guardia de la capilla, este tan solo dijo aparte de evidencias de la estancia, el nombre del mediano encadenado con varias cadenas y cinturones y cierres de hierro (seguramente magicos) para seguridad de la carcel y de sus funcionarios, que estaba junto a la estatua deslustrada del dios Tyr.
El mediano se llamaba Bic (¬¬u), de pelo rojizo y ojos de un verde muy inquietante, el cual tras saludarle cordialmente directamente por su nombre, cosa que no le sorprendio, pues el guardia no se complicaba mucho la existencia...se mostraba educado a la vez que perturbado, aún con una serenidad que helaba la sangre. Este llevaba mas de 1 año ya en prision y lo extraño es que no habia sido ejecutado aún, tras contarme su objetivo y mision en esta vida, que era la de "bautizar al mundo con la gracia de la muerte" , y que su doctrina de existencia la profesaba hacia su dios Yergal (Dios de la muerte).
Su mision era simplemente acelerar la transicion de la vida a la muerte pues creia en que la vida en ese plano de existencia era nimio en comparacion con el prometido por su dios.
Sus delitos eran muchos y a cada cual mas "artistico", desde mujeres, niños y ancianos (e incluso soldados y funcionarios de la misma carcel) en diferentes sitios de fuera de La ciudad del Esplendor (parte este) y con escenarios recreados por el en estancias varias, manejando los muertos y poniendolos en diferentes posturas simulando que ahun estaban vivos.
Me pregunto por mi mision en esta vida, que curiosamente coincidia extrañamente con la suya, pero de formas muy diferentes y al menos por mi parte infinitamente mas justas y honorables. No tuve reparos en decirle el nombre al que le profesaba mi creencia y devocion, y no se sorprendio en absoluto...eso si no dejo escapar la tentativa de "invitarme" a su mision y se puso de pie en el pedestal de Tyr extendiendo los brazos con mirada de ansia de poder, a la cual respondi que cuando acabara mi mision en la vida, con gusto trascenderia a una muerte natural digna.
Lo curioso fue la frase que me dijo, que yo albergaba algo muy especial en mi interior, supongo que podria, como buen sacerdote de su dios, ver el alma interior de la otra persona, al igual que yo, y detectar singularidades de notorio poder...
Al poco de esto, entro la guardia y entre varios lo "apaciguaron" tirandose encima suyo cual perro por un filete gratis....se lo llevaron, al igual que a mi al poco rato, y murmuraron que por que coincidian 2 reclusos a la vez en la capilla y mas sabiendo que 1 era Bic...
Tanto a la ida como a la vuelta de la capilla , pude ver el resto de carcel que no se nos permitio ver, el comedor, varios pasillos con rejas dobles y guardias y estancias que podrian ser armerias o almacenes, tras esto volvi a mi celda (si se le puede llamar asi), para la espera de la hora de la comida....


Rurgrak despertó con el bullicio de la ciudad. Se apresuró a levantar y mirar hacia los escombros. La familia Varitas parecía que había decidido "contratar" obreros para remodelar la zona. Estaban construyendo una especie de plaza mientras iban retirando los escombros.
Viendo que la situación ya no tenía aliciente alguno, y sabedor que en esa zona no estaría nunca a salvo, se marchó. Bajo los efectos de la invisibilidad, desapareció por las calles camino de la sede de los Tentelturian.

Al llegar, vio sorprendido un bullicio poco habitual. Se veían sacos preparados, petates, cajas de madera repletas de objetos inverosímiles. O alguien llegaba, o alguien se iba.
Se apresuró hacia la sala de audiencias, donde Rialwen, el elfo solar líder de la hermandad, le estaba esperando junto al mago ¿?. Las acusaciones de Rialwen hacia Rurgrak no se hicieron esperar. Acusó a los compañeros de este del revuelo que habían desatado en la ciudad, quemando el viejo almacén, y pese a que el gnomo intentó replicar, el enfado no desapareció de los ojos del elfo.
Así pues, Rurgrak, aún y sabedor de que los Tentelturian estaban comprometidos, le enseñó la carta. Se dibujó un atisbo de esperanza en sus ojos y dio paso a que el mago hablara de todo lo que habían podido reunir de los sucesos en Aguas Profundas.
Al parecer, otra orden poderosa, los Guerreros Escudo, contratistas de mercenarios en las altas esferas, habían hecho acto de presencia en la ciudad. Empeoraba aún mas el panorama para nuestros amigos pues, a la existencia del falso informador, el complot de la familia Varitas, y la emboscada, se les unía otro peligro, del cual no sabían nada.
Tendrían que actuar con cautela desde entonces.

Continuará... a la próxima partida :)

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